Alemania, uno de los Estados miembro de la Unión Europea que más ha acogido personas debido a la Crisis Migratoria del siglo XXI, afronta hoy en día problemas de xenofobia dentro de sus fronteras. El tiroteo ocurrido el miércoles 19 en una ciudad cercana a Frankfurt conforma ya el tercer evento de xenofobia en Alemania en los últimos 6 meses.
El miércoles por la noche, Tobias Rathjen un ciudadano de origen alemán (ultraderechista) abrió fuego en dos bares de shishas dejando un saldo de 10 muertos. Ambos bares se caracterizaban por tener una mayoría de clientes de origen kurdo. En primera instancia alrededor de las 10:00pm de la hora local, Rethjen arribó al Midnight bar abriendo fuego y dejando 3 muertos. Posteriormente, el asesino huyó de la escena del crimen para llegar a su segundo destino, el Arena Bar & Café, donde asesinó a otras 5 personas.
Antes de dicho acto de violencia, Rathjen publicó en sus redes sociales un manifiesto de 24 páginas en el que menciona que “No todos los que tienen pasaporte alemán son valiosos y de raza pura”, por lo que es claro que el atentado fue motivado por la ideología de superioridad y xenofobía
Este conforma el tercer acto de xenofobia en Alemania dentro de los pasados 6 meses. El primero de ellos ocurrió en la Sinagoga de Halle, donde un joven de 27 años de edad dejo un saldo de 2 muertos y dos heridos afuera de la Sinagoga cuando la comunidad judía celebraba el Yom Kipur.
Posterior a ello, las autoridades alemanas comenzaron una investigación más profunda para asegurar a la población en su conjunto contra actos de xenofobia e intolerancia, que derivó en un operativo en el que se arrestó a un grupo de 12 ultraderechistas que presuntamente planeaban ataques a políticos, refugiados y musulmanes.
Ante este conjunto de atentados xenófobos, la mandataria Angela Merkel y diversas autoridades estatales han condenado estos ataques como el “veneno” y recalaran que el gobierno trabaja en pro de los derechos y la dignidad de todas las personas en el país.
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